Males mentales se ensañan con adolescentes y mujeres

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Millones de colombianos sufren hoy a causa de problemas de salud mental como depresión, ansiedad y psicosis, y entre ellos los adolescentes y las mujeres de todas las edades son los que llevan la peor parte.

Esta es una de las principales conclusiones de la Encuesta Nacional de Salud Mental (ENSM 2016), de la Universidad Javeriana, Colciencias y el Ministerio de Salud, presentada esta semana. Se trata de la radiografía de este tipo más grande hecha hasta la fecha en Colombia y la primera que involucra todos los componentes de salud y enfermedad mental, en todas las edades.

Entre los datos más relevantes del análisis, que encuestó a casi 16.200 personas de todo el país, está que, en promedio, 10 de cada 100 adultos de 18 a 44 años y 12 de cada 100 adolescentes tienen algún problema que sugiere la presencia de una enfermedad mental.

Aunque en términos generales las estadísticas nacionales están dentro del rango mundial frente a países que han hecho este tipo de mediciones, el psiquiatra Carlos Gómez-Restrepo, director del estudio, asegura que por estas causas Colombia es uno de los países con mayor pérdida de años de vida saludable desde la niñez.

Jóvenes, los más vulnerables

A los investigadores les preocupa que el 44 por ciento de los niños de 7 a 11 años tengan al menos uno de los signos presuntivos de trastornos mentales y que casi el 5 por ciento presenten uno de los ocho trastornos mentales analizados. Los más comunes resultaron ser el déficit de atención y la ansiedad de separación. Estos datos deben leerse a la par con los de los adolescentes de 12 a 17 años, que son el grupo de edad con los porcentajes de problemas mentales más altos: 12,2 por ciento; los investigadores encontraron, además, que el 4,4 por ciento ya muestran síntomas de alguno de los ocho trastornos psiquiátricos medidos por el estudio.

Se cree, también, que siete de cada cien presentarán trastornos como fobias sociales (sobre todo las mujeres), depresión y bipolaridad, por el resto de su vida.

Para las autoridades mundiales de salud, no se trata de un asunto menor. En el informe ‘Los jóvenes y los riesgos sanitarios’, divulgado en la Asamblea Mundial de la Salud 2014, se hizo un llamado a los gobiernos para que focalicen acciones en estos grupos de edad, con base en una premisa: “El estado de salud en la niñez y la adolescencia influye durante el resto de la vida (…). La acción sobre estos grupos ofrece la oportunidad de mitigar problemas que se evidenciarán en la adultez”, dice el documento.

Ojo con las mujeres

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también pide que las políticas y acciones de salud mental tengan un enfoque de género, pues las estadísticas indican que mujeres de todas las edades son, en esta materia, las más vulnerables. Y los datos que en este aspecto arroja la ENSM lo corroboran.

Las niñas colombianas, por ejemplo, presentan un riesgo mayor de acabar afectadas por un trastorno de estrés postraumático –como consecuencia de un hecho violento– y a su vez tienen una prevalencia mayor de enfermedades como ansiedad generalizada y déficit de atención asociado a hiperactividad.

Algo similar ocurre entre las adolescentes; según los investigadores, los trastornos mentales son dos veces más frecuentes en ellas que en los hombres.

Además, el 6 por ciento de las fobias sociales que las afectan (condicionadas por factores como las presiones de grupo) permanecerán, según el estudio, durante toda su vida.

Las brechas entre hombres y mujeres se profundizan cuando ellas llegan a la adultez. Según el documento ‘Género y salud mental de las mujeres’, de la OMS, “la presión ejercida por las múltiples funciones que deben desempeñar, así como la discriminación de género, la pobreza y el hambre, el exceso de trabajo, la violencia doméstica y los abusos sexuales, explican su deficiente salud mental”.

Vale anotar que la ENSM documentó por primera vez en Colombia la relación entre la frecuencia de los problemas mentales femeninos y la presencia de estos factores sociales.

De hecho, demostró que los males evaluados en los adultos son más frecuentes en las mujeres que en los hombres, con excepción de los trastornos afectivos bipolares, que están más presentes en los varones.

Qué tanto se piensa en suicidio

El suicidio es una secuencia de eventos denominados procesos suicidas que, de acuerdo con la encuesta, se da de manera progresiva. En muchos casos comienza con pensamientos y puede progresar hasta consumarse.

Según la Encuesta, el 6,6 por ciento de los adolescentes han tenido ideas suicidas, y un 37,6 por ciento de ellos intentan quitarse la vida.

En estas edades factores como la depresión, los trastornos alimentarios, la ansiedad y el consumo de sustancias psicoactivas se asocian con el fenómeno.

Los investigadores concluyeron que aunque entre las adolescentes se registran más intentos de suicidio, los hombres los consuman más.

En cuanto a los adultos, las ideas suicidas están presentes en siete de cada cien personas entre los 18 y los 44 años (5,5 por ciento de los hombres y 7,6 por ciento de las mujeres). Estas ideaciones también se evidencian en el 6,5 por ciento de los mayores de 45 años.

El estudio anota que los adultos que tienen con mayor frecuencia pensamientos suicidas son separados o viudos, y que el 40,3 por ciento de quienes han planeado quitarse la vida están en condición de pobreza.