El día en que Colombia votó por primera vez en un plebiscito

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El 1.º de diciembre de 1957 nació el Frente Nacional y mujeres fueron a las urnas por primera vez.

La última vez que en Colombia se habló de ‘plebiscito’ –entre comillas porque en realidad la figura no estaba contemplada en la Constitución de 1886– fue en 1988, cuando el entonces presidente Virgilio Barco propuso tumbar, con un plebiscito, la prohibición de realizar plebiscitos. Parecería una broma, pero esa era la idea del mandatario, quien veía con preocupación que las reformas a la Constitución solamente pudieran hacerse por medio del Congreso y no del pueblo como ‘constituyente primario’. (Ver galería: en un plebiscito, las mujeres votaron por primera vez en Colombia)

En plena explosión del narcotráfico, los políticos de la época empezaron a pujar por una transformación institucional que les diera herramientas para, por ejemplo, expedir normas de excepción e introducir en la Carta Política la figura de la extradición.

Ese ‘plebiscito’, en principio programado para el 13 de marzo de ese año, durante las primeras elecciones populares de alcaldes en el país, nunca se concretó. (Además: Corte Constitucional aprobó plebiscito para refrendar acuerdos de paz)

Solamente fue en 1990 cuando la idea, ya bastante transformada, terminó convirtiéndose en la Séptima Papeleta, un voto en las elecciones parlamentarias que dio inicio a la Asamblea Nacional Constituyente y luego a la Constitución de 1991.

Por eso, en el sentido más estricto, Colombia ha votado solamente una vez en un plebiscito, y lo hizo hace 59 años, el primero de diciembre de 1957.

Ese día, un domingo, estuvo marcado por dos hechos inéditos: el nacimiento del Frente Nacional –razón de la consulta– y la votación de la mujer por primera vez en la historia del país. Tres años atrás habían obtenido el derecho a votar, y lo hicieron efectivo ese día con el plebiscito.

Durante los años de la dictadura militar del general Gustavo Rojas Pinilla, la Constitución quedó suspendida y las pugnas partidistas a lo largo de un siglo dejaron al país ensangrentado. Por eso, lo que buscaba ese plebiscito era fundar lo que se llamó la ‘Segunda República’ mediante una convocatoria al pueblo para que aprobara la transición a la democracia en forma de un Frente Nacional. (Además: Los retos de las campañas por el sí y por el no en el plebiscito)

Solo cuando se unieron el conservador Laureano Gómez, a quien Rojas le dio el golpe de Estado, y el liberal Alberto Lleras Camargo, dos símbolos de la política colombiana, el clima de diálogo empezó a darse en el país. Ambos fueron coautores de la iniciativa que buscaba la aprobación de una reforma constitucional para establecer un gabinete de coalición.

En otras palabras, se quería que el pueblo dijera sí a la idea de que, por cuatro periodos presidenciales (16 años), conservadores y liberales se turnaran el mando del país, dividiendo en partes iguales el número de cargos que cada partido tendría dentro de esa administración. Por ejemplo, en ese momento había 13 ministerios, de los cuales seis eran para el Partido Conservador, seis para el Liberal y uno para los militares: el Ministerio de Guerra, que luego sería el de Defensa.

El plebiscito incluía lo que se había plasmado en la Declaración de Benidorm (julio de 1956) y en el Pacto de Sitges (julio de 1957) que Gómez y Lleras habían firmado como acuerdos para agilizar el paso de la Junta Militar que sucedió a Rojas Pinilla al gobierno democrático.

“En ese momento se pensó que la mejor forma de que esa idea adquiriera legitimidad constitucional era haciendo una reforma por medio del plebiscito. Fue la Corte Suprema de la época la que aprobó el proyecto, y la Junta Militar, a través de decreto, dio paso a la convocatoria”, explica Enrique Santos Molano, escritor y periodista.

Esa misma Junta eligió a los 20 magistrados de la Corte Suprema de Justicia, una de las instituciones más importantes en el proceso del plebiscito, pues debía tomar decisiones legislativas a falta del Congreso, suspendido desde 1949 por turbación del orden público. La Junta Militar estaba integrada por los generales Gabriel París, quien la presidió; Deogracias Fonseca, Rafael Navas, Luis Ordóñez y el contralmirante Rubén Piedrahíta. (Además: ‘Estoy convencido de que el plebiscito pasará el umbral’)

En principio fue el Decreto Legislativo No. 0247 del 4 de octubre de 1957 el que dio el visto bueno para aprobar el proyecto de alternancia de la Presidencia, pero al día siguiente se modificó al Decreto 251 porque se cambió el número de años en los que estaría vigente el Frente Nacional. Se pasó entonces de 12 a 16 años, que fue en efecto lo que duró este modelo de cogobierno.

“El decreto incluía el sistema de alternancia del poder durante ese periodo. En segundo lugar, la paridad política tanto en la rama Ejecutiva como en la rama Judicial y en la representatividad del Congreso. En tercer lugar, la responsabilidad conjunta de los partidos, es decir, no había partido de Gobierno. Además, la transitoriedad del sistema y la posibilidad de que por primera vez la mujer votara en Colombia”, dice Hernán Olano, abogado constitucionalista y director del Departamento de Historia de la Universidad de la Sabana.

Catorce artículos constituyeron este plebiscito, que en ese tiempo se celebraba con papeleta. Es decir, cada persona debía llevar una hoja que distribuían en diversos puntos, incluso en las tiendas, con el voto sí o no.

“Convócase para el primer domingo del mes de diciembre de 1957 a los varones y mujeres colombianos mayores de 21 años, que no estén privados del voto por sentencia judicial, para que expresen su aprobación o improbación al siguiente texto”, decía, según la Gaceta Oficial, el inicio del decreto, cuyo primer artículo también daba cuenta de otro punto histórico de la votación: “Las mujeres tendrán los mismos derechos políticos que los varones”.

Aun cuando durante la administración del general Rojas Pinilla se había aprobado el voto femenino, fue en ese sufragio cuando las mujeres pudieron por primera vez ir a las urnas.

La única vez que yo intervine un poquito dictatorialmente fue cuando les dije que había que darle el voto femenino a la mujer (…). Les dije a los constituyentes: ‘Si ustedes no le dan el voto a la mujer, cierro la Constituyente porque no sirve para nada’”, dijo Rojas Pinilla a la Revista de Historia en 1975, en la que sería su última entrevista.

Susana Trujillo tiene hoy 94 años y, aunque con dificultad, recuerda que el día en que ejerció el derecho al voto en Baraya, Huila, dijo sí en el plebiscito.

“Ese día nos dividieron en la plaza del pueblo entre conservadores y liberales, y también entre hombres y mujeres. Uno se acercaba a la mesa y tenía que mostrar el papel de identificación, que en mi caso era la cédula, y también la papeleta de votación. Los jurados verificaban y le metían a uno el dedo índice en la tinta para que pudiera poner la huella, metías el voto y listo”, cuenta Trujillo. Y continúa: “Yo lo único en que pensaba era que por fin le tocó a uno”.

Así fue la jornada

Para el proceso de votación se necesitaron 224.000 jurados, que debían tomar juramento en las alcaldías municipales y estaban distribuidos en 28.000 mesas en todo el país. Algunas ciudades incluso instalaron, con el permiso de la Registraduría Nacional, un servicio especial de jurados ambulantes que visitaron a enfermos en hospitales, casas de salud y clínicas, así como en ancianatos.

Las personas podían presentar hasta 10 documentos de identidad, entre ellos la cédula laminada (nueva en ese tiempo), la cédula antigua, la cédula de Policía, la partida de matrimonio o la de bautismo.

“El tránsito de automotores y peatones entre las cabeceras de los municipios y las veredas quedan suspendidos a partir de las 8 a. m. de mañana domingo (1 de diciembre). El Distrito Especial es una excepción y en tal virtud se permitirá el tránsito entre los municipios anexados y Bogotá”, anunció EL TIEMPO en su edición del sábado 30 de noviembre de 1957.

En Quibdó hubo un ‘desfile de la paz’; en Antioquia se prestaron carros para que la gente se movilizara; en Girardot se ondeó una enorme bandera para conmemorar el plebiscito, y en Leticia por primera vez los habitantes concurrieron a las urnas. Bogotá anunciaba, además, que en un hecho inédito no se quedaría sin agua en la temporada de verano.
Eduardo Cháves tenía 25 años cuando la votación se llevó a cabo. Él trabajaba como delegado de la Registraduría en El Encano, un pueblo de Nariño, y afirma que la jornada, a pesar de ser multitudinaria por incluir a las mujeres, transcurrió en calma. (Lea también: El escenario de la votación del plebiscito en la Corte Constitucional)

“A mí me tocó organizar las elecciones en el pueblo, que era de gente muy buena. Casi todo el mundo votó porque las personas estaban cansadas de los militares. Yo también lo hice y voté por el sí. En la tarde levantamos las actas de los jurados y llevamos los documentos a la Registraduría en unas cajas que solo se abrían a la semana, cuando se hiciera el escrutinio general. Lo siguiente era esperar”, cuenta Cháves.

Ese día también hubo ley seca, que empezó a regir al mediodía del 30 de noviembre. Muchas empresas, como Bavaria, Codi (Colombianos Distribuidores de Combustibles), Seguros Bolívar, Almacenes Ley, paños Perrots, entre otras, se sumaron con anuncios en los periódicos a las campañas por el sí en el plebiscito. En la radio también se escuchó publicidad, toda de empresas privadas.

Las campañas

Pero tal como sucede con el que hoy los colombianos se disponen a votar para avalar o no los acuerdos de paz del Gobierno y las Farc, ese primer y hasta ahora único plebiscito en la historia del país también tuvo detractores y una campaña dividida.

Se trataba del ala más derechista de la política, dirigida por Jorge Leyva Urdaneta, y del Partido Comunista. “La verdadera oposición la hicieron partidarios del expresidente Mariano Ospina Pérez y sobre todo personas que dirigía el doctor Gilberto Alzate Avendaño. La campaña por el no la encabezaba él, junto con Jorge Leyva. Básicamente lo que aducían era que se iban a repartir el poder entre apenas un grupo de conservadores y liberales, y que como tal, el plebiscito era antidemocrático porque excluía a los demás partidos”, cuenta Santos Molano. (Además: Farc ya aceptaron al plebiscito como mecanismo de refrendación)

Ciro Garzón también votó y afirma que aún con algo de oposición, el plebiscito “estaba destinado a pasar”. “Créame que no había ninguna oposición suficientemente fuerte. Era tanta la expectativa que había, que todo el mundo respaldó el sí. Y si había algo para el no, tenía todas las de perder porque todos estábamos de acuerdo. En esa época, la gente recibió ese plebiscito con gusto porque se iban los militares y volvía la democracia”, afirma.

El escrutinio final de la Corte Electoral, revelado el 30 de enero de 1958, arrojó que 4’169.294 colombianos respondieron sí al cuestionario de la consulta, mientras que 206.654 dijeron no. En blanco votaron 20.738 ciudadanos y 194 votos fueron declarados nulos.

Alberto Lleras Camargo fue proclamado primer presidente del Frente Nacional convirtiéndose por segunda vez en mandatario de Colombia. En las elecciones derrotó con más del 77 por ciento de los votos a Jorge Leyva.

CINDY A. MORALES
Subeditora de ELTIEMPO.COM
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